¿Es el feminismo el antónimo del machismo? Facediálogo con Lidia Falcón

Aunque parezca de fácil respuesta, la pregunta no tiene nada de perogrullo. Aquí va cómo Lidia Falcón  me baja de mi guindo con sus pacientes explicaciones: os cuelgo la conversación Facebook con en la que Falcón le da la vuelta a mi opinión acerca del asunto. Le da la vuelta con mucha razón, aunque yo trate de imponerme en aras de una realidad social más igualitaria imaginaria que siempre llevo entre ceja en ceja. Lo cierto es que el sistema de género no se ha relajado sino que es hoy más estricto que hace 20 años, con lo que renunciar al discurso de la lucha de poder porque algunas creamos que muchos hombres han dado un paso atrás no sé si es muy útil…

Viene también al caso este post de algo que escuché en un documental sobre la historia del Feminismo que vi en RTVE durante la avalancha de contenidos reivindicativos que nos echan en marzo (el big data feminista lo llama expresivamente Krmen Freixa). No me acuerdo quién era la mujerque decía que el gran problema del feminismo era que se autodestruía con cada ola o cada salto generacional. De alguna manera no hemos logrado hacer de transmisoras de un conocimiento necesario (al menos yo no tuve la suerte de recibir ningún mensaje en este sentido), con lo que cada generación no encuentra tierra sembrada si no que ha de volver a arar el surco. Lo escribe también Kate Millet es este descorazonador artículo sobre su pobreza de medios y las dificultades para publicar:

(…) «Elizabeth está muerta ahora y yo debo vivir para contar la historia, esperando decirle a otra generación algo que quisiera que sepan sobre la larga lucha de la liberación de la mujer, algo acerca de la historia de Estados Unidos y la censura. Quizás pueda también tener la esperanza de explicar que el cambio social no llega fácil, que las pioneras pagan un precio alto y una soledad innecesaria por aquello que sus sucesoras toman por hecho. ¿Por qué las mujeres parecen particularmente incapaces de observar y honrar su propia historia? ¿Qué vergüenza secreta nos hacen tan obtusas? Ahora tenemos una laguna entre la comprensión de una generación y la siguiente, y hemos perdido mucho de nuestro sentido de continuidad y camaradería».

Siento la falta de las feministas de generaciones más mayores en los foros de las jóvenes, no veo en ellos demasiada interacción intergeneracional y sí cómo nos reafirmamos las unas a las otras en nuestras iguales. Y también sé de la falta de sus enseñanzas en los lugares donde nos enseñan. Es imposible mantener una tradición que no conoces o a la que accedes a través de una revista o un blog, necesariamente limitados cada uno a su razón de ser particular.

Este post lo cuelgo pensando en Sara Moros, que en un comentario en este blog se preguntaba si sería conveniente buscar una palabra alternativa a feminismo que «no espantara» a los hombres que ven en ella connotaciones negativas. No creo que el problema sea realmente la palabra, sino lo que conlleva de cesión de poder. ¿Está dispuesto el hombre blanco heterosexual y rico (y la mujer blanca heteronormativa y rica) a ceder su posición de poder a la hora de imponer su propio discurso, sus valores, su cultura? Tsk, tsk.

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  1. Flamel

    Si asumimos que feminismo es lo opuesto a machismo, cosa que la ideología de la post-modernidad pretende aunque sea mentira, ideología en la que convergen tanto las izquierdas que se dicen radicales como los liberal-capitalistas más extremos, entonces todo aquel que no sea feminista es ‘automáticamente’ machista. Pero, como este aserto es una estupidez que no hay por dónde coger a no ser que estés completamente imbuido de la demagogia postmoderna es evidente que no son conceptos opuestos -de hecho son conceptos hermanos, es decir hijos del mismo padre- porque no abarcan toda la realidad humana: el mundo sólo se divide entre machistas y feministas para algunas mentes desviadas.

    De todos modos, lo que espanta a los hombres del feminismo no es la palabra o la etiqueta sino el contenido. Se ve que habéis discutido con pocos hombres del asunto, con poco hombres que no sean feministas, se entiende.

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    • Fernández Hernández

      Me reafirmo en mi apreciación acerca de cómo esta pregunta aparentemente de perogrullo desentraña tanta ideología de cada uno. Es apasionante. Entiendo totalmente que sean más las preguntas de los otros las que te lleven a pensar que las respuestas.

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  2. Sara Moros

    Gracias por el post! Efectivamente el tema parece de perogrullo pero debe no serlo cuando tantas personas se cuestionan sobre él…
    Haber hablado aquí de ello me ha hecho pensar mucho y estoy convencida de que el problema principal es la manipulación que hace el sistema de la palabra «feminismo» sirviéndose de que ambos son términos con exacta formación: nombre + sufijo -ismo. Como los nombres forman la categoría binaria hombre-mujer tan arraigada en nuestra sociedad que incluso aparece en nuestro DNI es fácil convencer a alguien que no esté bien informado (cosa muy común en estos tiempos) de que ambos términos son antónimos, opuestos, o en cualquier caso, contrarios. Lo importante aquí no es la formación de las palabras sino la historia que respira detrás de cada una. Eso es lo que verdaderamente las convierte en contrarias siendo «machismo» la prevalencia de una categoría sobre la otra mientras que «feminismo» concede y busca la igualdad de ambas categorías. El problema no es gramatical, sino histórico, sociológico e ideológico.
    En cualquier caso, no creo que sea solo un problema de cesión de poder, como dices. Claro que hay mucho de eso, pero creo que hay algo más. Pienso en todas las personas que conozco que no son machistas pero no por ello son feministas. En todas las que luchan por la igualdad sin saberlo, intuitivamente. Yo misma hasta hace bien poco me consideraba feminista sin saber mucho del feminismo y de su lucha a través de los tiempos. Y siendo totalmente sincera descubro en mi comportamientos machistas o cedo ante micromachismos por inercia, porque una no puede estar en guardia todo el tiempo y tampoco tiene la inteligencia suficiente como para desentrañar todos los secretos y las segundas lecturas. En ese sentido te digo que creo que no solo nos enfrentamos a una lucha de poder o a un miedo de perder privilegios, hay algo más profundo y difícil de desentrañar.
    Un saludo
    Sara Moros

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  3. bluemarinne

    Hola, buen trabajo.
    Aun no he podido leer todo tu blog, pero hasta(no de toro) donde he leido me parece muy interesante.
    Realmente tengo el vaso lleno de tantas etiquetas en lo que refiere al machismo, feminismo, violencia de
    genero y toda esta asquerosa hipocresia con las que somos manipulados por los poderes que obstentan
    los desgraciados (y demas perlas que se me ocurren pero no plasmare) de Psicopatas que nos gobiernan.
    Aqui y en la China!. Al definirlos como Psicopatas no es un calificativo gratuito, lo demuestran en sus constantes andanzas, las que conocemos ciertamente y aquellas en las que ni en nuestras peores pesadillas no podriamos ni imaginar. Es un todo por la pasta y el poder que venden y secuestran a nuestros
    hijos para satisfacer sus mas purtridas desviaciones o necesidades vitañes. No existe esa Europa mas avanzada es solo una fachada de caliza pulida, la cual rascas y ensequida entreves la misma porquedad y miseria Humana en las altas instancias o esferas de poder. De norte a sur y de este a oeste del planeta el hedor de nuestras elites rezuma de hediondez.
    Igualdad en todo genero, trabajo y sociedad. Las etiquetas nos dividen y limitan, justo lo que esos abrones
    con poder quieren.
    Gracias por blog.

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